Tanto era y tan fuerte que llegaba a oír lo que imaginaba,
los colores, y los aromas no podían competir contra esa ceremonia. Las imágenes
que suelen dominar nuestras mentes se hicieron polvo se debilitaron, se
consumieron como un sentimiento efímero de esos que conseguimos cada noche.
En algún lugar del tiempo encontré tu recuerdo, era ese
recuerdo que te dice que el que no tiene memoria está obligado a recordar, todo
me recordaba a vos, pero mi repaso no te reconocía entre ese tormento de cosas
con las que te codeabas. Tu mirada invitándome a acceder, a encontrarte, a
devolverte ese encuentro casi imposible de dos miradas al mismo tiempo, con las
mismas palabras, con el mismo código… Justamente esa, que alimenta el silencio
en el que vivo.
Y ahora cuando el momento es este, no hay nada por ver, nada
que quiera ser tocado. Increíble poder el de los seres humanos que siendo
capaces de destruirlo todo, o casi todo, no podemos romper el silencio, no
podemos romper esa barrera que nos libera de nosotros mismos. Que nos lleva a
esos lugares de un placer único y delicado.
Me excusaba pensando que ya lo sabrías, que no habría nada de lo que a mí
me pasara que vos no sintieras, que hipócrita! Aun con la frente tan en alto,
jactándome de que todo era tan transparente no era capaz de ver lo que juraba
que vos, deberías conocer.
Vivimos en vidas distintas, nos alimentamos de distintas
comidas, nos reímos de cosas distintas, miramos el mismo cielo y vemos cosas
distintas. Nadie me pregunto si yo
quería vivir esto, si quería sentir esto, si tenía las energías para hacerle
frente. Tampoco nadie me pregunto si yo quería ser parte de esto que
ligeramente llamamos vida.
Si me hubiesen preguntado, aun sin saber a qué respondía,
hubiese dicho sí, pero espera, borra esa sonrisa socarrona de tu rostro, no te
hagas cargo de un si tan importante, puede que también debas compartirlo con mi
deseo de enfrentar cualquier desafío que se me proponga.
Que enorme cantidad de cosas inconmensurables que intentamos
delimitar, no?
Es entonces cuando el silencio le vuelve a ganar a la voz…
porque las voces quieren hablar pero no saben que decir.
Mi mejor voz, es la que se extiende por mis brazos, llega a
mis manos, cuando te escribo y también cuando se estrellan con tu cuerpo…
"El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y
nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente. Eso
es lo que tú me has dado y lo que yo esperaba darte siempre"
Luciana Breide
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