Los minutos interminables de un tiempo eterno. Que encierran las historias mas interesantes que jamás escuchó o vio el hombre. Porque la verdad los lastima, los lastima tanto, que puede llegar a matarlos. En un espacio pequeño, de su retorcida mente, se encuentran los puntos que unen las líneas trazadas por la razón, que peligran constantemente con desaparecer. Las luces que alguna vez iluminaron sus rostros, hoy iluminan sus lápidas. En un cementerio de valores, de moral y ética; de aquellas costumbres que fueron arrancadas de cuajo y se perdieron en el tiempo, son recuerdos que nadie recuerda. Para cada acción hay una reacción, aunque las reacciones sean mas que las acciones; porque es mas fácil hablar que hacer. Las opiniones nacen de a miles como las crías de una araña, y buscan rumbo donde haya una luz que las apañe, así como lo hacemos nosotros. No hay simpleza en nuestro interior, no sabemos como conseguirla, todo termina siendo artificial. Tan vacío... lo que realmente llena, no esta a nuestro alcance, y si lo tuviéramos no sabríamos como manejarlo, porque nuestra naturaleza es destruir y crear... y jugar con eso que nos caracteriza. Porque los débiles tienen sus minutos contados... Y no hay paz, para quien hace la guerra... Una guerra que se disputa entre la ignorancia y el saber, entre el hambre y dinero, entre lo material y lo espiritual, entre la ciencia y la fe, una guerra contra nosotros mismos. No hay mas culpables que nosotros mismos.
Como siempre lo vi, siempre lo escribí, como siempre lo escuche, siempre lo pregunte y como siempre supe, siempre olvide. Un sustento que podemos encontrar a nuestros lamentos, siempre suele ser ajeno a lo que queremos, como un opuesto, como el blanco y el negro. La contra nunca es lo que esta mal, sino que es lo que mantiene un equilibrio. No se puede ser feliz sin estar triste, es así de simple. No hay muchos caminos para quien no quiere caminar, puede perderse o recorrerlos infinitas veces, como quien no logra ver la realidad y se inventa una... Patéticamente retrocedemos cuando creemos avanzar en nuestras metas superfluas y paupérrimas, pero no porque así lo sean o porque así lo queramos, sino porque así hacemos que terminen siendo. La memoria de lo que esta bien, nunca se pierden y siempre brillan. Pero las memorias de todo lo que esta mal, siempre prefieren esconderse...
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